miércoles, 22 de octubre de 2008

Alguien dijo " ser manso no menso" Gálatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu...

Tomalo con calma...

Deseos de morir, ganas de tirarte al abismo mas cercano, huir de la gente, esconderte en la caverna mas obscura... y mucho mas... Dudo mucho que alguien pueda decir que no ha pasado por el doloroso lapsus de la depresión. De alguna u otra manera siempre nos ha tocado pasar por esta calamitosa etapa de la existencia del ser humano; pero que es lo ¿Qué nos lleva a semejante estado de ánimo?... ¿amor?; ¿odio?; ¿pena?; ¿dinero? Mmm… la lista es larga, la respuesta en concreto no la puedo dar yo. De hecho no soy psicóloga ni consejera espiritual ni nada parecido, pero si he sido habitual usuaria de la depresión.
Podría detallar todo el proceso pero no quiero aburrir a nadie. Hoy ha sido uno de esos días en los que ha topado a mi puerta esa triste amiga que divaga por ahí en mis tardes de soledad; hoy decidí sentarme a darle un rato de bla bla bla y preguntarle: en realidad ¿Qué es lo que la trae tan presurosa hacia mi?, la respuesta ( pero que respuesta) : " no vengo porque quiero tu me traes; me llamas, me gritas, exiges mi presencia y lo haces tantas veces que vengo corriendo hacia ti.
La charla no fue tan amena, fue algo desagradable. Es fácil para cualquiera echarle la culpa a los demás, pero el ser humano complicado como es siempre justificándose de sus propios actos. La depresión siempre llega acompañaba de un batallón gigantesco y aplastante: desamor, tristeza, conflictos emocionales (una guerra total en mi cerebro), impaciencia, un poco de maldad, dureza, egoísmo y para rematar el plato final incredulidad. Ya en mí estado total de deterioro espiritual nada queda, sino tan solo la latente idea de tratar de escapar; pero a donde, si es imposible mudarse de uno mismo, entonces anda rondando el loco pensamiento de desaparecer, de uno u otro modo. Basada en las estadísticas podría decir que no muchos escapan de las garras de mi amiga depresión; pero después de lidiar un poco con mi almohada, tratando de encontrar salidas, encuentro que no todo esta perdido (si es que quiero verlo de ese modo).

Pienso: he pasado mucho tiempo distraída, que no me he percatado de mi actual estatus) recuerdo la frase: " tu situación no anula tu condición de hijo de Dios" ¡ohhhhh! ha caído sobre mi el peso de mi realidad.

Para muchos cristianos es difícil quitarse la careta. Cada domingo se ponen la mascara de felicidad y caminan presurosos a dar el show de súper espiritualidad y felicidad extrema, mientras mi amiga depresión va recostada en sus hombros. Después de la dura lucha con mi propio yo, tomo valor para ver a través de la ventana de mis recuerdos y mi mente casi dopada de la droga de la infelicidad, aun tiene un suspiro de aliento para recordar lo que aprendió hace no mucho tiempo:

Galatas 5: 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe…

Mi mente trata de entender

¿amor? Una de las causas de que haya entrado en este rincón algo claustrofóbico es que siento ¿que nadie me ama?
¿gozo? Recuerdo: llevo tres semanas sin poder salir de una difícil situación y no he tenido razones para alegrarme (eso según mi propio yo, o así lo he querido pensar).
¿Paz?; pero si todos estos días con el ruido casi desquiciante de la casa del vecino y las ideas flotando una a una en mi cabeza no he tenido ni un segundo de paz solo un continuo bombardeo de ideas casi desquiciadas.
¿paciencia? es que acaso ¿se puede tener paciencia cuando todo anda mal? (cuando uno cree que todo anda mal), mi paciencia empieza a desaparecer en medio de la neblina de las supuestas decepciones mías.
¿benignidad? pues con la frase: “odio al mundo y el mundo me odia a mi", lo único que tengo en mente es: " porque no se mueren todos y me dejan en paz" vaya maligno pensamiento.
¿bondad? aun cuando a nadie le importan mis problemas (supuestamente eso creo sumida en mi propio yo), ¿tengo que ser condescendiente con los demás? ¿compartir lo que no tengo? No, eso no lo quiero escuchar.
¿fe? de entre todas esta se lleva el premio final, ¿me pides que tenga fe cuando se me ha caído el mundo entero? (por así decirlo) y ¿quieres que crea que lo solucionaras? ¡que triste!.

Ahora después de la larga lista he sido aplastada por la terrible noticia: “sin Fe es imposible agradar a Dios”.

Me pregunto ¿Cómo es que después de conocer, saber y creer que Cristo murió en la Cruz por mis pecados, estoy sentada al pie de mi cama pensando; porque el mundo, la vida y mi vida son injustos?

Amor, Jesucristo demostró su amor hacia mi al dar su vida en la cruz del calvario, tomando mis culpas y cargando sobre sí el peso de mi pecado.
Gozo, experimenté gozo y alegría el día en que comprendí que había sido rescatada de la muerte gracias a alguien a quien yo no conocía, Jesús.
Paz, vino hacia mi, cuando experimenté la mas grande sensación de libertad al no tener que cargar con el peso de mis pecados.
Paciencia, llegó poco a poco a medida que aprendí a esperar en él a conocer que su tiempo no era mi tiempo y que cada cosa tiene su tiempo. Y Dios a su tiempo muestra misericordia, esperar en él no es nada fácil; pero si que es confiable esperar en él.
Benignidad, con las manos llenas de semejante regalo, "el haber sido salvado", quería regalarle a los demás: el amor, el gozo y la paz que yo había experimentado. Dios provocó en mi pasión por las almas y un deseo desesperado de contarle a los demás lo que me había pasado.
Bondad, no sé como, pero él derramó ríos en la sequedad de mi corazón, me hizo sentir la necesidad de compartir de mí hasta lo que no tenia.
Fe, aun cuando ya no tenia nada, aun cuando mis ojos no veían nada, aun cuando todo se veía de color gris; mi corazón esperaba en él de una manera tan natural. De la misma manera que un niño se lanza en los brazos de su padre sin temor porque sabe que su padre lo sostendrá y jamás tocará el piso.

Me pregunto ¿Que fue lo que paso?

Como ya dije, he pasado tanto tiempo distraída tratando de solucionar mis propios problemas, que he olvidado quien soy. He dejado pasar más allá de la línea a mi deslumbrante amiga la carne, quien me ha dicho: no hay salidas, nadie te ama, no hay razones para estar gozosa. He olvidado que la paz de Dios no es como la paz del mundo, que puedo tener paz en medio de la tormenta porque Cristo está en la barca y vendrá a calmar la tempestad. He olvidado que la ira del hombre no obra la justicia de Dios y he perdido la paciencia. Entre tanta confusión he decidido que no quiero a nadie cerca y he tejido miles de pensamiento malignos en contra de todo y de todos. En mi estado de depresión desbordante, ya no tengo ganas de ser benevolente con nadie y olvido que lo único que me sostiene es la fe. Y ya para terminar en el exilio me lleno de miedo e incredulidad.

En conclusión:
¿Se deprimen los cristianos? ¡Oh! claro que sí se deprimen, solo hasta que encuentran la brecha y caminan en el sendero de la realidad a la luz de Cristo.
Si no vuelves los ojos hacia él seguirás sumido en el sub. mundo tratando de aparentar lo que no eres y cargando a cuestas a mi ex amiga la depresión.

Galatas 5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley

Ser manso no menso (Frase: Jairo Vock)
Diccionario bíblico:
En un sentido evangélico, humildad; resignación; sumisión a la voluntad divina, sin murmuración o malhumor; por el contrario tenemos al orgullo, arrogancia y obstinación.

templanza: "dominio propio"

Mi orgullo me lleva a pensar que puedo hacerlo todo por mi misma. Me obstino en solucionar las cosas por mis propias manos, aun más obstinada en que no hay salidas, mi arrogancia me lleva hasta dudar de que Dios pueda hacerlo por mí.

La mansedumbre bíblica no es ninguna debilidad o falta de poder, sino poder bajo el control del Espíritu Santo. Una de las mejores maneras de entender el sentido bíblico es por medio del caballo. El caballo es un animal fuerte y veloz pero también un animal peligroso e inútil si no es amansado. Una vez amansado, el caballo sigue siendo fuerte y veloz pero también servible a su amo por medio de un freno en su boca. Ahora es un caballo manso porque su fuerza ha sido sujetada a su amo.

Pues para terminar aquí: " ser manso no menso", aplicado a este punto, manso para dejar que Dios tome las riendas de mi vida y menos menso para no obstinarme en tratar de hacer mi voluntad.

templanza para reconocer quien soy pese a mis circunstancias " hijo de Dios " redimido con un alto precio.


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